Esta es una serie de postales territoriales, fragmentos que necesitan de un margen para dejar de ser una imagen en expansión imaginaria, porque desde ser en el borde conectamos con el estar en una isla. El estar bordeado.
Los hitos que se retratan son el paisaje y los elementos que denotan la existencia humana. Existencia que arriba desde los mares y mareas: plástico superficialmente desgastado por el roce del agua salada, la arena y las piedras; caminos que se trazan tras el continuo tránsito hasta llegar a ser guía, trazada por los habitantes durante décadas y que se renuevan con los cambios estacionarios.
Febrero, 2016