El tipo primitivo del pan fue el subcinericio, herencia milenaria de la civilización occidental, cocido en grandes hogazas. El amasijo quedó en manos de las mujeres aborígenes, que lo fabricaban en las casas particulares para el consumo familiar y el expendio.Se quemaba en el horno chileno, una semiesfera de ladrillo, montado sobre una base prismática maciza, hecha de adobe, barro y paja, y enlucida con una capa de barro de relativo espesor.
El pan salía al comercio al precio de 18 panes por un peso (año 1556) y su valor estaba regulado por la relación entre el precio del trigo, la abundancia de la cosecha, la exportación, e intervenido por la codicia de los “regatones” o intermediarios.
Eugenio Pereira Salas. Apuntes para la historia de la cocina chilena.